No escribo hace mucho, a ver, desperezo un poco los dedos en el teclado.
Les confieso, espero no sentirme compelida a escribir una crónica.
En verdad, visitar La City me resulta tortuoso y, será que soy bastante campechana en el fondo, bastante hostil.
No quiero generalizar, pero existen subculturas benévolas, como la Empleada Amable, que ha llegado a prestarme una pc para redactar en el momento el sempiterno "papelucho faltante" y, en el interín de mi elaboración, ofrecerme un potaje llamado café, que hoy es de consumo habitual por los lacitianos, por sus propiedades excitantes y anafrodisíacas (lo que les permite correr y correr sin fantasear otras cosas mejores).
En otras épocas, cuenta la leyenda, dicha bebida era empleada en ceremonias religiosas que se realizaban en templos conocidos con el nombre de "bares".
Dicho ritual consistía en la reunión de una pequeña congregación --por lo menos dos-- en torno a una mesa (generalmente de madera) y la convocatoria al Sumo Sacerdote (reconocido por llevar su típico hábito corto y abotonado, sostener una suerte de patena enorme en uno de sus brazos, con una destreza tal que lo volvía capaz de realizar artes malabares con ella, llevando en el antebrazo un enorme purificador cuidadosamente doblado).
La ceremonia no tenía una estructura definida, un Libro de Ceremonial. Pero parte de la misma consistía en la convocatoria en lo posible sin palabras al Sumo Sacerdote, al que en adelante llamaré MOZO, valiéndose preferentemente de gestos realizados en el aire, como los siguientes:
Mano con dedos en posición de V + pulgar e índice paralelos como sosteniendo 5 cm. de aire + dedo índice levantado + gesto de los dedos mayor e índice que se unen y separan varias veces: "Dos cafés, uno cortado". O bien: mano en forma de puño, con gesto zigzagueante desplazándose en el aire y yemas del índice y el pulgar firmemente unidas: "Mozo, por favor, la cuenta".
El arte de capturar la mirada del Sumo Sacerdote merecería un tratado aparte.
Me limito por ahora a decir que dicho ritual era conocido vulgarmente como "arreglar el mundo" y duraba un tiempo indefinido que, lamentablemente, ya no existe.
Qué épocas aquellas en las que existía el tiempo indefinido, que no había comida sana porque la comida era saludable por definición, que no conocían el Omega 3 o las grasas polisaturadas. Y sobre todo, en los que todavía creíamos que el mundo tenía arreglo.
Dicho lo cual, me apercibo de que cambié de tema Tal vez debería cambiar el tópico de este mensaje por el más apropiado de "Rituales en extinción", y aguardar mi pedido de socorro en la city para cuando tenga tiempo de redactarlo adecuadamente.
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